Thunderbolts* (2025): lo mismo de siempre
- Mariano Viza T.
- 15 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 15 may
En una época en la que Marvel no levanta la cabeza ni en el cine ni en la televisión, llega "Thunderbolts*". Para algunos una sorpresa, para otros más de lo mismo.
Escribe Mariano Viza T.

Después del estreno de Avengers: Endgame de los hermanos Russo en 2019, me di cuenta de que la era de Marvel, al menos para mí, había terminado. No significa que no vería algún proyecto nuevo, pero ya no sentía la emoción de estar al pendiente de cada novedad. En 2021, vi algunas series y grité como loco por Spider-Man: No Way Home, pero, más allá de eso, me había bajado del barco. Todo lo que vino después me resultaba indiferente, y lo que debía sorprenderme ya lo sabía por filtraciones en hilos de Reddit. No es nuevo decir que lo más esperado de Marvel hoy en día es saber qué cameo sorprendente habrá o qué se revelará para la próxima película. Ya no importa cuán grande sea la cinta, sino qué pistas trae para lo que vendrá después. Son engranajes, pequeñas piezas, dosis de adrenalina para alimentar un fanatismo vacío y soso.
Lo mismo siento con Thunderbolts. La película nos presenta un grupo aleatorio de superhéroes que, en realidad, no tienen nada de súper. Entre ellos está uno de mis personajes favoritos de los cómics y las películas, aunque no ha sido muy explorado: Bucky, también conocido como Winter Soldier. Más allá de mi favoritismo, la película no sorprende, salvo por las escenas postcréditos. En esta nueva entrega, seguimos a un grupo de antihéroes que, por azares del destino, no llevan una vida superheroica alegre ni gozan de fama o reconocimiento. Son los restos de héroes mucho más conocidos y respetados. Mientras los Vengadores originales protegían la Tierra, luchaban contra amenazas intergalácticas, exploraban el multiverso y eran tratados como estrellas de rock, estos se encargan del trabajo sucio. Yelena actúa como una sicaria que roba secretos del gobierno, al igual que US Agent, Ghost o Taskmaster. Red Guardian es un viejo alcohólico que añora sus días de gloria como símbolo patrio y ahora trabaja como chofer de limosinas. Pareciera que el único al que la vida le sonríe es Bucky, quien colabora con el gobierno, ignorando su pasado como asesino político.
Todos, de una u otra forma, están ligados a Valentina Allegra de Fontaine, una especie de Amanda Waller de Marvel, una mente maestra que maneja a estos antihéroes en operaciones secretas. Lo interesante de este grupo, salvo por Bucky y Red Guardian, es que, aunque están activos haciendo lo que mejor saben, sufren en silencio. Hay un sentimiento de pérdida, ya sea en el ámbito familiar, como en el caso de US Agent, o de vagar por la vida sin rumbo, como le sucede a Yelena, quien es el eje central de la película. Si algo puedo destacar es la faceta más humana de estos seres superhumanos, aunque solo se dediquen a disparar balas o dependan de una pócima mágica para rendir. Pocas veces se ha mostrado a los héroes de manera tan humana, pero creo que este aspecto no se explora a fondo. Ghost queda relegada, Red Guardian es un meme andante, Bucky está de adorno, US Agent es abordado de manera breve y Yelena, aunque recibe más atención, se explora de forma superficial.
No existe un riesgo real, ni por parte de este grupo ni por la gran amenaza que representa The Void. Más allá de la exploración de la humanidad de los héroes —que, si bien es destacable hasta cierto—, lo más notable es la forma en que Valentina intenta controlarlo todo. Esta exploración del poder absoluto, que va desde lo armamentístico hasta el manejo de los medios de comunicación, es lo más interesante del conjunto. Sin embargo, como suele ocurrir en el universo Marvel, es posible que termine pasando sin pena ni gloria.
En general aun cuando digo mucho y nada, me resulta meh.
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